Santa Juana de Arco, virgen
(1412-1431) Patrona de Francia y Doncella de Orleáns
El famoso óleo del pintor Auguste Dominique Ingres (1780 – 1867), que representa a Santa Juana de Arco en la catedral de Reims durante la coronación del Delfín, Carlos VII, como rey de Francia.
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Cántico de santa Teresa de Lisieux
“para obtener la beatificación de la Venerable Juana de Arco”
(8 de mayo de 1894) – Compuesto para sí misma.
1 Dios vencedor, tu Iglesia, toda entera,
rendir pronto quisiera honor en los altares
a una virgen y mártir, a una niña guerrera,
cuyo nombre resuena ya en el cielo.
Estrib. 1 Por tu poder,
¡oh Rey del cielo!,
dale a Juana de Francia }
aureola y altar. } bis
*
2 Para salvar a Francia, a la Francia culpable,
no desea tu Iglesia ningún conquistador.
A Francia solamente Juana puede salvarla:
¡todos los héroes juntos pesan menos que un mártir!
*
3 Juana es obra maestra de tus manos, Señor.
Un corazón de fuego y un alma de guerrero
diste a la virgen tímida,
coronando su frente de lirio y de laurel.
*
4 En su humilde pradera oyó voces del cielo
que a los campos de lucha la llamaban.
Partió rápidamente para salvar la patria,
y, tierna jovencita, a soldados mandó.
*
5 De los fieros guerreros Juana ganó las almas:
el resplandor divino de este ángel de los cielos
y su mirada pura y su palabra en llamas
hicieron que las frentes atrevidas
al suelo se inclinaran.
6 Por un prodigio,entonces, que es único en la historia,
un monarca cobarde y tembloroso
reconquistó su gloria y su corona
valiéndose del brazo de una débil doncella.
*
7 Mas no son éstas las victorias grandes
que de Juana hoy queremos celebrar;
la verdaderas glorias que en ella celebramos
son y serán por siempre, ¡oh Dios!,
sus virtudes, su amor.
*
8 Salvó a Francia en los campos de batalla,
mas su grandes virtudes
necesitaban el divino sello
del sufrimiento amargo,
que fue el sello bendito de su Esposo, Jesús.
*
9 Sobre la pira en llamas sacrificó su vida,
y en aquel mismo instante
ella escuchó las voces de los santos,
abandonó el destierro por la Patria,
el ángel salvador se remontó a los cielos…
*
10 Tú eres, pura doncella, nuestra dulce esperanza,
escucha nuestras voces, ven de nuevo a nosotros.
Baja y convierte a Francia,
y por segunda vez ven a salvarla.
Estrib. 2 Por el poder
del Dios de las victorias,
¡salva, salva a tu Francia, }
ángel libertador! } bis
11 Hija de Dios, bellos fueron tus pasos,
arrojando al inglés de tu nación.
Mas no eches en olvido
que en los días primeros de tu infancia
te dedicabas a cuidar corderos.
Estrib. 3 Sé tú la defensora
de los que nada pueden,
conserva la inocencia }
en las cándidas almas }
de los niños. } bis
12 Tuyos, ¡oh dulce mártir!, son nuestros monasterios,
tú sabes que las vírgenes hermanas tuyas son;
y sabes que el objeto de sus ruegos
es, como fue el objeto de los tuyos,
ver que en todas las almas reina Dios.
Estrib. 4 Salvar las almas
es su deseo,
de apóstol mártir }
dales tu llama. } bis
*
13 Muy lejos de nosotros huirán temor y miedo
cuando la Iglesia ensalce la figura
de Juana, nuestra Santa,
coronando su frente, limpia y pura.
Entonces cantaremos:
Estrib. 5 En ti tenemos puesta
toda nuestra esperanza.
¡Oh, ruega por nosotros, }
santa Juana de Francia! } bis
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Juana de Arco besa la espada de la liberación. Óleo de 1863 del pintor Dante Gabriel Rossetti (1828 -1882). Juana de Arco fue beatificada por el Papa San Pío X en 1909 y Benedicto XV la canonizó en 1920.